En la novela La conjura de los necios, el dueño de Salchichas Paraíso tiene que amenazar con un tenedor oxidado a Ignatius J. Reilly para que éste acepte trabajar empujando su carrito de hot dogs. Y encima, el protagonista acaba comiéndose el género en vez de venderlo. No parece un gran negocio, pero aun así el pasaje de la novela inspiró al chef Koldo Rodero (dueño de una estrella Michelin en su restaurante de Pamplona) a importar el concepto a España.
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