En la planicie interior de la Costa Brava, tierra de olivar mediterráneo y encinas centenarias, el holandés Albert Diks adquirió un castillo, documentado en 1301, que un día fue de Pere Margarit, quien acompañó a Colón en la expedición oceánica que dio nombre a la isla Margarita (Venezuela). De estilo gótico, cimentado sobre una anterior construcción románica, su compra ya había sido tanteada en su día por Dalí como obsequio a su musa Gala. Jardín, estanque, pozo y piedras centenarias, como en las mejores casas fuertes de la Provenza o de la Toscana.
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