Misterio es la palabra que define a La Jayona, una mina de hierro olvidada durante años en medio de la sierra del mismo nombre, en el sureste de la provincia de Badajoz. En 1921 se cerró, y el olvido y la soledad devolvieron a la naturaleza este paraje, hasta que en 1997 se declaró monumento natural con el objetivo de preservarlo. En el exterior, el paisaje está marcado por las escombreras, donde se pueden buscar curiosos minerales, polvorines, lavaderos, cargaderos y muros de carga que ciñen las ruinas de las instalaciones mineras. Y el interior es un auténtico laberinto, con un gran hueco central de paredes verticales, alrededor del cual se comunican pasadizos y galerías.
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