La villa medieval de Marvao se halla posada en la cumbre de un monte a 900 metros de altura, por encima de las dehesas y los valles de la sierra de San Mamede, un paisaje que con la llegada de la primavera alcanza un punto perfecto de verde y flores. El sobrenombre de Nido de las Águilas viene acompañando desde siglos a esta villa blanca del Alentejo portugués, emplazada en el interior de una fortaleza del medievo.Su estrecho recinto amurallado, salpicado de garitas, miradores y matacanes, cobija todo un entramado de callejuelas tortuosas y empinadas, donde se apiñan en hilera las fachadas encaladas de sus casas rematadas con ventanas manuelinas, chimeneas alentejanas y balcones de forja.
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