Es digno de resaltar el esfuerzo realizado por José Hernández de Mercado por dotar a su bodega de las bases imprescindibles para afrontar la actual crisis, y que el futuro se aleje de ese espejismo peligroso que son los precios excesivos. Para ello cuenta con un hermoso viñedo -cerca de 180 hectáreas-, rodeado de pinares y plantado con una selección clonal de tempranillo (771-76) no muy productiva, pero de fruto pequeño, equilibrado y de aromas profundos. Las más de 300 barricas de roble nuevo americano y francés, junto a la tecnología punta y el trabajo impecable de Gabi Rivero, que ha introducido rigor enológico y control vinícola en la explotación, completan el diseño de un empeño empresarial modélico.
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