Se encuentra a medio camino entre un bar contemporáneo y un restaurante desenfadado repleto de gente joven. Al pie de su recoleta barra o en las mesitas que salpican la sala se degustan sabrosas especialidades de la cocina popular española: pinchos, tapitas calientes o frías, además de medias raciones. También sorprenden algunas propuestas creativas ilustradas con aderezos de influencia oriental (como la soja, el jengibre o el wasabi) que se superponen a productos de la costa y la serranía. Alta cocina vestida con traje de diario.
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