Cuando abrimos aquí nos tomaron por locos. Este lugar era salvaje, un puro descampado cosido por los canales del río Spree por donde pululaban operarios de almacén, mecánicos con mono de los talleres y mucho camión. Sólo los zorros se acercaban por la noche a visitarnos. Pero vi este espacio y no lo dudé un segundo".
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