Los educados en la pupila dicen que las vistas más bellas de Portugal están en los atardeceres sobre el río Mondego a su paso por Coimbra. Los mismos que provocaron el amor imposible de doña Inés de Castro y el príncipe don Pedro, los Romeo y Julieta del país luso. Don Pedro, hijo del rey Alfonso IV, contrajo matrimonio con la Infanta de Castilla doña Constanza.
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