La terraza más animada del verano malagueño traslada ahora su epicentro social al Café de Bolsa, en los mismos tuétanos del hotel Molina Lario, un off off (fuera de las tendencias más generalistas) imprescindible de la ciudad. Se pierde quizá la visión rutilante de la catedral -la popular Manquita: sólo tiene una torre-, pero la noche gana un espacio para cenar con más rigor y una barra informal de tapas y raciones, como una especie de frontera invisible entre el restaurante de siempre y el bar de copas.Todo es posible en este nuevo establecimiento apadrinado por la cadena catalana Gallery, cuyo principal mérito ha sido el explosivo idilio protagonizado con la ciudad.
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