Perderse por las intrincadas callejuelas de la judería, abandonarse a la fantasía de El entierro del conde de Orgaz en la iglesia de Santo Tomé o rendirse al abrumador gótico de la catedral son experiencias que todo viajero busca cuando visita Toledo. Pero junto a las paradas obligadas, la ciudad de las tres culturas ofrece también espacios atractivos aunque menos transitados. En sus interiores sobrecargados de historia, Toledo despliega lugares genuinos que sólo un toledano recomienda.
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