Como su nombre anticipa, el hotel goza de un emplazamiento privilegiado en pleno centro histórico de Girona, mimetizado entre las piedras que estructuran el call judío, a dos pasos de la catedral. Notoriedad tiene en el vecindario por su fachada de mampuesto y su arco románico, pero mucho más por la dificultad que ofrece su acceso en automóvil, intrincado y cuesta arriba, expuesto a los raspones de unas esquinas diseñadas en la época medieval, cuando el paso de personas y pequeños carruajes no exigía mayores holguras.Afortunadamente, el Barri Vell es hoy peatonal y sólo se permite el tránsito motorizado a los residentes y huéspedes del hotel.
Categorías:
Etiquetas:
0 comentarios
¿Quieres comentar? Regístrate o inicia sesión