La vida en Soule, la región más pequeña del País Vasco francés, es tranquila. Los caseríos salpican verdes paisajes en una postal que casi parece de otro tiempo, a salvo del bullicio de las poblaciones. Pero el sosiego se quiebra cada domingo entre mediados de enero y finales de abril con las mascaradas, la cita de los suletinos con los carnavales.El literato francés Georges Hérelle (Pougy-sur-Aube, Champaña, 1848-Bayona, 1935), estudioso del teatro tradicional de Soule (Zuberoa en euskera), dejó escrito que "la condición esencial para que un pueblo organice las mascaradas es que exista en ese pueblo un número suficiente de buenos bailarines a los que les guste divertirse y dejarse ver".
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