En Almería hay playas a patás -La Almadrabilla, San Miguel, El Zapillo, Costa Cabana, El Perdigal, El Toyo, Torregarcía, Las Amoladeras...- y monumentos como la alcazaba. Sin embargo, lo que hace tan grata la existencia en esta ciudad es la vida cotidiana, y también esos momentos que dejan un sabor muy dulce o muy salado, a té moro o a copa de madrugada.
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