Ante todo, el hotel Axel es un hotel. Gay, heterofriendly, fashion, cosmopolita, a la última... Un hotel de tomo y lomo para gente sin prejuicios. Lo que se hace ostensible en su estilo, en sus formas, en los colores del arco iris por los que se reconoce el movimiento homosexual en todo el mundo. Y viable como sólo puede serlo en las ciudades abiertas, desinhibidas y liberales. Ahí, en el corazón picante del gayxample barcelonés, entre las calles de Aribau y Consell de Cent, bajo la piel de una casa burguesa del siglo XIX recuperada con ciertos argumentos estéticos de vanguardia.
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