Se ha hablado muchas veces del impacto que tiene la mano del hombre en la naturaleza, del modo en el que la afea o la engrandece, pero casi nunca se habla de lo contrario: del sello soberbio que en ocasiones deja la naturaleza en la obra del hombre. En Montes de Valdueza, una aldea leonesa perdida en medio de la montaña, hay un monasterio benedictino del siglo X en ruinas. El monasterio de San Pedro, fundado en el siglo VII y reedificado luego por san Genadio.
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