El 8 de julio de 1853, el comodoro Matthew C. Perry se plantó con cuatro fragatas de la Marina de Estados Unidos en Uraga, al sur del actual Tokio, exigiendo a los caudillos de Japón la apertura de un puerto comercial en la costa del Pacífico. Amedrentado por el poderío militar de su flota, el sogunato, que había prohibido la presencia extranjera en el país hacía más de 200 años, cedió e instauró el atracadero en 1859. Lo hizo, eso sí, expresamente en Yokohama, una villa alejada de la ruta Tokaido, la principal vía comercial que unía la antigua Edo (hoy Tokio) con la capital, Kioto.
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