Igual que en el año 1917, cuando se inauguró el primitivo balneario construido en un extremo de la playa de Salinas (Asturias), los amplios ventanales del restaurante que desde hace décadas lo ocupa permiten contemplar los periódicos vaivenes del Cantábrico. Privilegio del que disfrutan las mesas que se alinean en sus luminosas galerías, que no son ajenas a una decadente elegancia. Con el paso del tiempo, su experimentado patrón, Miguel Loya, segunda generación de hosteleros, no sólo ha consolidado un modelo de gestión personal, sino que ha propiciado un tercer relevo en la figura de sus hijos, Javier e Isaac, implicados de pleno en el equipo.
Categories:
Tags:
0 comments
Do you want to comment? Sign up or Sign in