Es un secreto escondido entre las infinitas sorpresas que ofrece Londres: sus granjas urbanas esparcidas a lo largo de la ciudad, activas y productivas. Con sus prados, sus montañas de compost y sus rebaños paciendo bajo los frutales, ajenos al caos de la metrópoli.Una encuesta realizada por el zoo de Londres hace más de treinta años reveló que una gran mayoría de los niños de la capital británica, a pesar de estar familiarizados con tigres y pingüinos, nunca habían visto una vaca. Tratando de remediar esta paradoja, Londres cuenta hoy con casi veinte granjas abiertas al público, en las que los londinenses pueden recuperar aquellas visitas al pueblo que ya se han perdido para casi todos: dando de comer a los burros, probando mermeladas caseras o llevándose a casa huevos frescos.
Categories:
Tags:
0 comments
Do you want to comment? Sign up or Sign in