El suelo de la selva es un mullido entramado de hojas, raíces, lianas, ramas y troncos podridos sumamente traicionero. Avanzar por esa superficie inestable, que recuerda el vértigo que se siente al atravesar un frágil puente colgante de madera, resulta difícil y fatigoso, sobre todo en los tramos más escarpados. Voraces hormigas rojas, arañas, insectos de lo más variado, una humedad excesiva y los constantes escorzos que hay que hacer para evitar quedar atrapado en las ramas espinosas de una vegetación asfixiante y abrumadora terminan por extirpar de la mente cualquier pensamiento ajeno a cómo superar los constantes obstáculos, a cómo salir de ahí.El descubrimiento por parte de los rastreadores de las huellas dejadas por un grupo de gorilas de montaña infunde nuevos ánimos, resucita el objetivo de la marcha.
Categories:
Tags:
0 comments
Do you want to comment? Sign up or Sign in