Concluida la salida de Andrés Madrigal, que durante cuatro años tuvo a su cargo las cocinas de Alboroque, la antigua Casa Palacio de los marqueses de Riscal, en cuyas plantas se aloja este restaurante, intenta recobrar el pulso gastronómico y cultural con que arrancó en sus inicios. Contra todo pronóstico, el local que abriera sus puertas en 2006 se ha reinaugurado pletórico de euforia dispuesto a iniciar una segunda época. Bajo las directrices de Carlos Sotos, gerente de la sociedad que rehabilitó el inmueble en pleno barrio de las Letras, el remozado lugar puja por consolidarse como la punta de lanza de Diez sobre Diez, ambicioso proyecto que antes de que concluya 2011 contempla la rehabilitación de diez establecimientos en el distrito centro.
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