Año 1994: se abren las primeras vías verdes, la de la Sierra de Cádiz, y la del Carrilet, entre Girona y Olot. De caminos de hierro a caminos verdes. Primavera de 2004: las vías férreas abandonadas y transformadas en corredores ecológicos celebran sus 10 años por todo lo grande: alcanzan los 1.200 kilómetros y se distribuyen por toda la Península para disfrute de los amantes de las rutas a pie, en bicicleta o a caballo.En los años sesenta del siglo pasado, el coche pudo al tren, la carretera ganó la batalla de las comunicaciones y el transporte, y miles de kilómetros de vías quedaron inutilizados; nada menos que 7.
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