Azotado por los vientos de levante, la Breña y Marismas de Barbate, el parque natural más pequeño de Andalucía encierra en sus escuetos límites tesoros naturales que nunca fueron capaces de robar los piratas berberiscos en estas costas. Los montes de dunas de Barbate, los pinares de las breñas Alta y Baja, los llanos inundados que forman las marismas del río y una franja marina paralela a la costa de una milla de anchura, guardan en sus diferentes ecosistemas un mundo natural felizmente preservado del acoso de los modernos corsarios del urbanismo, desde su declaración como parque en 1989.Su costa acantilada se extiende desde la playa de Hierbabuena, en Barbate, hasta Los Caños de Meca, asomada a las aguas del océano Atlántico.
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