La ciudad más antigua de Occidente no ceja en su firme empeño de acicalarse. El turismo gana terreno de forma imparable y esta nueva realidad se manifiesta en el flamante centro de recepción de turistas (en el paseo de Canalejas), en los nuevos museos, en los catamaranes a El Puerto de Santa María (15 minutos) y Rota (20 minutos), así como en las visitas guiadas gratuitas por el casco histórico.Quien no haya frecuentado la Tacita de Plata en los tres o cuatro últimos años encontrará nuevos y sólidos argumentos para sacarle partido. Eso sí, el galimatías de horarios aconseja que la visita gire entre martes y viernes.
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