Por más que uno quiera esquivar las comparaciones, si una Marina se llama Alta es porque hay otra que se llama Baja. Y ésta, la Marina Baja alicantina, ha recibido una sobredosis de vitaminas turísticas (incluido el monstruo de Benidorm y el parque de Terra Mítica). Así que la Marina Alta se ve en el papel de competir, de ponerse las pilas. Y eso es lo que está haciendo, con algunas silentes y tozudas mejoras; sobre todo en su fachada litoral, prestigiada por poblaciones de origen mítico como Dénia, Xàbia o Calpe.
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