El 19 de diciembre llega el AVE a Cuenca, o casi (la estación está a cinco kilómetros del centro; el trayecto desde Madrid se hará en media hora). ¿Beso principesco que despertará a la ciudad encantada? A pesar de su aislamiento relativo, en un enclave mágico que le ha valido ser reconocida como patrimonio mundial, Cuenca no ha vivido en el limbo, todo lo contrario: en los años de plomo del franquismo, allí se colgó del aire el único grito posible, el del arte abstracto, heraldo de una modernidad prohibida. El humorista y paisano José Luis Coll decía, remedando una canción popular, "somos de Cuenca, cosa de la que muy pocos pueden presumir"; exactamente, 55.
Categorías:
Etiquetas:
0 comentarios
¿Quieres comentar? Regístrate o inicia sesión