Tan sólo los proyectos de interiorismo que se resuelven con inteligencia desvelan coherencia y sólidos argumentos. Como muestra, el trabajo de rehabilitación de esta antigua panadería madrileña llevada a cabo por el empresario Benjamín Calles en complicidad con el arquitecto catalán Dani Freixas, escenógrafo y paisajista de prestigio. Con el apoyo de elementos tecnológicos avanzados, entre ambos han resaltado elementos afines a la naturaleza, como la rusticidad de la tierra, los matices de la luz y los efectos refrescantes del agua. De ahí los ladrillos vistos del patio interior, con chorros que fluyen de una terraza encharcada que recibe los rayos de sol o que se ilumina por las noches con paneles reflectantes.
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